lunes, 16 de junio de 2014

Transición


Distanciado de Dios, como una monja

enamorada de su confesor;

excesivo y disperso, así el calor

por la entropía humana; una lonja

 

de gris ante los ojos, y una esponja

henchida a partes de agua y de dolor

bloqueando el aire ante el pulmón; hervor

ácido en sangre; sin son ni lisonja;

 

así quedé y partí, así me encuentro

todavía por momentos; sin embargo

algo se abre ante mí; hay un susurro

 

de voces nuevas merodeando el centro

del ser; ni contumaz ni carilargo
 
me puedo ver. De lo que fue, me escurro.



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