Cuenco
temblando, la uva derramando
como gotas
azules de maná.
Dulzura
pura, dulzura que va
buscando el
alma acaso, y encontrando.
Epítome
exhaustiva de lo blando.
Poción que
transfigura lo que está,
y mira
lejos, cielos más allá
del cielo,
la zozobra mitigando.
Vino
también, si el catador se atreve
a una
expansión fogosa de la nieve,
a la
belleza tersa que rezuma
hasta en la
herida misma, contra el grito
emboscado
en el fin del infinito,
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí estamos.