hay límite
de cambio en mostrador
y no cabe
esperar algo mejor
de lo que
devolvimos percudido.
Como un
monte de vidrio que al descuido
quebrantó
cierto dedo inquisidor
se hace
polvo y esquirlas. Un temblor
hoy impide
el ajuste de sentido
o
manipulación de nuevo objeto
con
aquellas tenazas imantadas
que el
óxido presenta carcomidas
y no hay
manera de volver al reto.
Se acabó el
repertorio de jugadas
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